Confieso: leo libros en el teléfono
Un cuidadoso estudio de mercado mostró que de los185 seguidores de este blog, 189 aman a los libros en papel. A riesgo de perderlos, revelo este comportamiento inaceptable.
En el invierno de 2012 leí por primera vez un libro en un dispositivo de bolsillo, un ipod, esa primitiva versión del iphone que hacía de todo menos llamar por teléfono. Descubrí el formato epub, que muestra el texto en la pantalla en el tamaño de letra que quieras. Así, en lugar de hacer zoom y mover un pdf en la pantalla, pasas de página como si fuera un libro. Ya desde unos años antes existía el dispositivo Kindle, específicamente creado para leer así, pero nunca me dio la energía para comprarme uno. Más tarde el ipod fue reemplazado por el smart phone y ahora leo casi todos los libros en el teléfono. ¿Por qué me pasó eso? ¿Qué ventajas le veo?
Empiezo al revés: me encantan los libros en papel. Su olor cuando son nuevos o cuando son viejos, la textura de sus páginas, su historia de firmas, dobleces, apuntes al margen, subrayados, boletos de colectivo o entradas de cine. Mi primer trabajo fue en una librería, disfruto recorrerlas, pasar un dedo por esos lomos, curiosear esos títulos, autores y tapas que prometen tanto. Quisiera comprarlos todos. Tirarme a leer un libro en papel es uno de los mayores disfrutes de la vida.
Pero el asunto es cómo hacerle lugar a ese libro, encontrar los momentos para leerlo. Muchas veces se trata de ratos pequeños y sorpresivos: esperando a alguien en el auto, un viaje en subte, la cola en el supermercado, los dos minutos del entretiempo de un partido de hockey, etc. Y ahí tengo a mi libro en el teléfono, siempre a mano, no tengo que recordar llevarlo o cargar su peso de acá para allá. Otras veces es en la oscuridad de la noche, en una de tantas desveladas: no hace falta prender la luz, la pantalla oscura no molesta nada y al pasar la página no haces ruido.
Las del párrafo anterior fueron las principales razones por las que creo que me volqué a la lectura en el teléfono. Pero con el uso fui descubriendo otras ventajas. Puedo tocar una palabra y tener su definición o traducción al instante. Si me encuentro en una página con un tal Jimmy que debería recordar, puedo encontrar en un segundo sus previas apariciones con sólo buscar “Jimmy”. Puedo también copiar un párrafo y buscar en Google o iniciar una conversación acerca de él con ChatGPT. Al igual que en los libros en papel, puedo hacer anotaciones al margen, pero en este caso me quedan guardadas digitalmente. Y, curioso, en algunos casos puedo habilitar una opción que revele los pasajes más subrayados por otros lectores de todo el mundo.
Otra ventaja que fui descubriendo con el tiempo es que los libros digitales son mucho más accesibles que los impresos, tanto en disponibilidad como en precio (aquí supongo que vas a comprar en lugar de piratear tu libro digital). Habrás tropezado muchas veces con el “está agotado”. Claro, sale un nuevo libro, se hace una tirada de, digamos, 2000 ejemplares y resulta que sos el número 2001 que va a comprarlo. Está agotado. La editorial tiene que hacer la cuenta si va a haber otros 1999 después tuyo con interés en el libro. Y pueden pasar años con el libro agotado. Los digitales no se agotan. Son bytes siempre disponibles para ser descargados de la nube. Ni hablar si te gusta leer en otros idiomas. O incluso libros en español que se editaron para España pero no llegaron aquí. Y el precio suele ser igual o menor. En libros de unos años atrás es mucho menor y en los recientes generalmente es igual o un poco menor.
¿Cómo funciona? Hay muchas aplicaciones para descargar en el teléfono: Google Play Libros, Kindle (Amazon) y Apple Books son las más conocidas y las que yo uso. Cualquiera te permite comprar y descargar el libro. Y aquí viene una enorme ventaja: la muestra. Antes de comprar podés descargarte una muestra bastante significativa del libro y recién después de leerla tomar la decisión de comprar. Una vez que tu libro está en tu aplicación, podés ajustar el tamaño de letra, el fondo claro u oscuro, el brillo, etc.
¿Todo a favor? No, por supuesto, ya mencioné al principio las ventajas inigualables del libro en papel. Y otra desventaja que me pega fuerte es la pérdida de la visión de los párrafos. Salvo que pongas una letra muy chica y/o tengas un teléfono enorme, los párrafos ocupan más de una página. Una pena, porque me encantan los párrafos como unidades de lectura (y de escritura, ya que estamos). También está esa sensación de que no sos el dueño del libro, no está en tu biblioteca de madera sino en tu biblioteca digital. Supuestamente es tuyo para siempre, pero no es lo mismo. Manejo este balance de ventajas y desventajas de la siguiente manera: leo casi todo el año en el teléfono y en vacaciones leo los libros en papel. Si me regalás un libro en marzo, lo guardaré hasta el siguiente enero.
Una desventaja el libro digital es que olvido la tapa, y en consecuencia, el nombre del autor. En cambio, en la version papel... lo registro por repetición de verlo en la mesa de luz o en la biblioteca... Pero cuando se viaja con poco equipaje, no hay nada mejor que un e-book.
Gracias!
Comparto la reflexión. Leo libros en formato digital desde que apareció Kindle (2007). Y hoy con un móvil en el subte, un café esperando un amigo, un turno en el dentista, un aeropuerto. Del "rito" de la lectura al "proceso" de la lectura (flexibilidad, versatilidad, internalización, etc). Un proceso que pareciera ser cada día más habitual, más dinámico, más abierto, más masivo y personalizado. De google y wikipedia a IA, tal vez aún más creativo.